Un extenso artículo en The Atlantic ofrece una visión poco común de la encefalopatía traumática crónica (CTE). encefalopatía traumática crónica (ETC)un trastorno cerebral que históricamente ha afectado a los deportistas, sobre todo a los boxeadores, pero que recientemente se ha detectado en otras personas que han sufrido graves traumatismos craneoencefálicos.
Los traumatismos cerebrales, especialmente las lesiones crónicas sufridas en el deporte, pueden provocar daños cerebrales permanentes.
Sorprendentemente similar a la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia, la ETC se caracteriza por la acumulación de proteínas tau en determinadas regiones del cerebro. Por el momento, no se ha investigado lo suficiente para determinar por qué se acumula esta proteína en el cerebro ni qué se puede hacer para impedir que se acumule tras traumatismos craneoencefálicos repetidos.
¿Nos preocupan más las lesiones cerebrales en los deportistas profesionales que en los infantiles?
La ETC saltó a la palestra pública con las muertes de los ex jugadores de fútbol profesional Tom McHale y Dave Duerson, ambos afectados por la enfermedad. La NFL planificó un estudio científico sobre las repercusiones de las conmociones cerebrales y los traumatismos craneales en respuesta a la preocupación pública por los deportistas profesionales.
¿Y qué pasa con los niños que juegan al fútbol, al hockey, etc.?
The Atlantic cita nuevas pruebas que sugieren que los niños son en realidad menos resistentes a las lesiones cerebrales tempranas de lo que se creía hasta ahora, y que las deficiencias cognitivas en los niños, como un coeficiente intelectual más bajo, pueden persistir durante años después de la lesión cerebral inicial.
También sabemos que los deportistas jóvenes que reciben golpes en la cabeza con regularidad pueden sufrir lesiones cerebrales aunque no sufran una conmoción cerebral. Y ESPN informó recientemente sobre un estudio-Exposición a impactos en la cabeza en el fútbol juvenil - que descubrió que los jugadores de fútbol de segundo grado que estaban expuestos a impactos en la cabeza tan graves como los que se ven a nivel universitario.
Tal vez The Atlantic tenga razón: harán falta más casos de ETC y otras lesiones cerebrales traumáticas en atletas profesionales que salgan a la luz para que el público exija que los fabricantes de equipos y las organizaciones deportivas hagan más por proteger a los jugadores.
Espero que podamos hacerlo mejor, por el bien de los jóvenes deportistas de todo el mundo.
Lea el artículo completo sobre la encefalopatía traumática crónica, u obtenga más información sobre lesiones cerebrales.
Imagen cortesía de brainmaps.org