El Instituto de Políticas Públicas de la AARP acaba de publicar un estudio exhaustivo sobre los hábitos de viaje y desplazamiento de los baby boomers en los últimos 40 años. Las conclusiones: compran más automóviles, los conducen más a menudo y recorren distancias más largas para ir al trabajo que cualquier otra generación.
Sin embargo, cada día 8.000 ancianos de esta generación alcanzan la edad de jubilación. ¿Cómo afectará a la conducción y al tráfico el cambio de hábitos de los baby boomers? Algunas posibilidades:
- ¿Más accidentes de tráfico? Casi el 20% de los conductores en circulación tendrán más de 65 años dentro de dos décadas. Está bien documentado que cuando las capacidades cognitivas o físicas empiezan a declinar, aumenta el riesgo de que un conductor se vea implicado en un accidente de tráfico. A los 80 años, los conductores tienen cinco veces más probabilidades que los de mediana edad de verse implicados en un accidente mortal.
- ¿Coches que se conducen solos? Las nuevas tecnologías de seguridad a bordo de los vehículos -como el asistente de aparcamiento, las cámaras de marcha atrás o los sistemas de frenado automático- podrían ser de gran ayuda para las personas independientes y conocedoras de la tecnología que quieren mantener su independencia al volante. Es de esperar que en los próximos años se produzcan enormes avances para satisfacer las necesidades de los conductores mayores, incluido el desarrollo de un coche autónomo.
- ¿Disminuye el tráfico en hora punta? Las carreteras y autopistas, los semáforos, la ubicación de las rampas y otras infraestructuras se han visto muy influidas por una generación que vive mayoritariamente en zonas suburbanas y rurales, pero trabaja en centros urbanos. A medida que los baby boomers empiecen a jubilarse, poniendo fin a sus desplazamientos diarios al trabajo, es posible que los patrones de tráfico cambien. Dado que hay un fuerte descenso en el porcentaje de adolescentes y adultos jóvenes con carné de conducir, no es seguro que la próxima generación que se incorpore a la población activa compense esta reducción.
Estas son sólo algunas de las muchas posibilidades; será interesante ver cómo el transporte público y la industria automovilística se adaptan a las necesidades de una generación envejecida pero móvil.