Un coche, camión o todoterreno atropella a un peatón 70.000 veces al año en EE.UU., pero sólo un 6% de los atropellos son mortales. Se trata de un número extraordinariamente bajo de víctimas mortales, teniendo en cuenta la gravedad del impacto de un coche de 4.000 libras sobre un cuerpo humano, y se debe en parte a los grandes cambios introducidos por los fabricantes de automóviles.
Las características de seguridad de los peatones se han incorporado al diseño exterior de los vehículos de motor de formas inesperadas.
Los impactos contra el capó de los vehículos de motor son la causa del 40% de los traumatismos craneoencefálicos en niños y de casi el 20% de los traumatismos craneoencefálicos en adultos en accidentes con peatones, según un informe de Edmunds. Los coches más nuevos tienen capós diseñados para absorber el impacto y amortiguar la cabeza añadiendo más espacio entre el capó y el motor.
Los parachoques, que solían ser estructuras sólidas, se fabrican ahora con plástico y un espacio para disminuir el impacto si el coche golpea a una persona o a un ciclista. Los frontales más bajos y ligeramente inclinados empujan a los peatones hacia el vehículo, en lugar de aplastarlos con un parachoques enorme. En este sentido, los camiones y todoterrenos con parachoques más grandes y frontales más altos siguen obteniendo malos resultados en las pruebas de seguridad para peatones.
Incluso pequeños cambios, como retrovisores laterales que se inclinan hacia la puerta o la eliminación de adornos afilados en el capó, pueden reducir las probabilidades de que un peatón o ciclista sufra lesiones graves en una colisión.
En general, se espera que las continuas mejoras en el diseño del frontal de los vehículos reduzcan la mortalidad y las lesiones graves de los peatones en los próximos años. Para más información, vea aquí el vídeo sobre diseño de seguridad.