A finales de junio, San Francisco aprobó una ordenanza (que el alcalde ha indicado que firmará) que obliga a los vendedores de teléfonos móviles a informar a los clientes de la tasa de absorción específica o SAR. El SAR mide la cantidad máxima de radiación absorbida por una persona que utiliza un teléfono móvil.
La FCC limita el SAR a una media de 1,6 vatios por kilogramo de tejido corporal, pero la información sobre los niveles de radiación no suele estar fácilmente disponible cuando la gente compra teléfonos en las tiendas.
Como era de esperar, los ejecutivos de la industria de la telefonía móvil se oponen a la medida.