Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades informaron recientemente de que seis niños pequeños de Maine presentaban niveles elevados de plomo en la sangre tras haber estado expuestos al llamado "plomo para llevar a casa" procedente del lugar de trabajo de uno de los padres, que llegó al coche familiar y a los asientos de los niños. Entre los padres de estos niños había cuatro personas que trabajaban o habían trabajado recientemente en el sector de la pintura y el decapado, y una que era recicladora de metales por cuenta propia. Los resultados pusieron de relieve la necesidad de identificar precozmente a los niños con riesgo de intoxicación por plomo en el hogar debido a las ocupaciones de sus padres.
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