El arranque sin llave es una de las características más populares de muchos modelos de coches nuevos. Permite a los propietarios llevar consigo un sensor, llamado llavero, lo bastante pequeño como para caber en un llavero. Una vez que el llavero está dentro del alcance del vehículo, el conductor sólo tiene que pulsar un botón para arrancar el motor. Parece una novedad innovadora e inocente, pero en realidad entraña un grave riesgo para la seguridad.
El programa Today Show de la NBC informa de que algunos conductores dejan accidentalmente el motor de sus coches en marcha al salir de ellos. Esto es extremadamente peligroso, sobre todo cuando el coche está aparcado en un garaje conectado a la vivienda, porque los coches emiten monóxido de carbono. El monóxido de carbono es un gas incoloro, inodoro y muy tóxico. La exposición durante sólo unas horas puede causar importantes daños cerebrales, o incluso la muerte. Según el reportaje de la NBC, al menos tres muertes se han relacionado con intoxicación por monóxido de carbono procedente de vehículos con arranque sin llave.
Uno de estos incidentes ocurrió en 2009, cuando una anciana de Nueva York dejó accidentalmente su Lexus con arranque sin llave en marcha durante la noche en su garaje. El New York Daily News informa de que el monóxido de carbono inundó la casa, matando a su pareja y causando a la mujer importantes daños cerebrales. Confinada ahora a un andador, ha presentado una demanda contra Toyota, la empresa matriz de Lexus.
Según los expertos, el problema se agrava porque los motores nuevos son mucho más silenciosos al ralentí que los modelos antiguos. A los conductores les resulta mucho más difícil oír que el motor sigue en marcha después de aparcar.
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