Todo el mundo ha oído alguna vez esos sonidos inconfundibles asociados a una colisión automovilística: chirrido de neumáticos, crujido de metales y rotura de cristales. Pero si usted es el propietario de uno de los vehículos implicados en la colisión, no tiene la culpa y tiene la suerte de no resultar herido, esos sonidos siguen significando molestias, dolores de cabeza y frustración. Desgraciadamente, esas son las consecuencias de tratar con una compañía de seguros en una reclamación por daños materiales.
Bajo la ley de Oregon, la medida de los daños a la propiedad personal es la diferencia entre el valor de la propiedad inmediatamente antes y después de la lesión (colisión). Powell contra Hartman, 37 Or.App. 455 (1978). Esta jerga legal significa que usted tiene derecho a una de dos cosas: o bien a que le reparen el vehículo, o bien, si el coste de la reparación del vehículo supera su "valor justo de mercado", a recibir el valor justo de mercado del vehículo. Y si tienes un vehículo antiguo, normalmente te quedas con el valor justo de mercado.
El valor justo de mercado es uno de esos términos jurídicos inexactos que frustran al consumidor ordinario a la hora de tramitar una reclamación por daños materiales. En el ámbito de la legislación fiscal de Estados Unidos, el Tribunal Supremo lo ha definido como: "El precio al que el bien cambiaría de manos entre un comprador dispuesto y un vendedor dispuesto, sin que ninguno de los dos esté obligado a comprar o vender y teniendo ambos un conocimiento razonable de los hechos relevantes". United States v. Cartwright, 411 U. S. 546, (1973) (cita de la normativa del Tesoro de EE.UU. relativa al impuesto federal sobre el patrimonio, en 26 C.F.R. sec. 20.2031-1(b)).
En lenguaje cotidiano significa lo siguiente: Si hubiera podido vender su vehículo un minuto antes de la colisión a una persona desinteresada, ¿cuánto habría obtenido por él teniendo en cuenta el kilometraje, el desgaste y los daños preexistentes?
Hay varias formas de hacerse una idea de cuál es el valor justo de mercado de su vehículo en caso de que se convierta en un problema para un perito de seguros. Una fuente de información son los anuncios actuales en los periódicos del mismo año, marca, modelo y estado. Otras son los anuncios de concesionarios de coches usados, las revistas de compraventa de automóviles, Kelly's Blue Book o Edmunds.com. Lo importante es recordar que no hay un precio definitivo, porque no vendiste tu vehículo un minuto antes del accidente. Lo mejor que vas a poder hacer es encontrar un duplicado de tu vehículo, es decir, del mismo año, marca, modelo y estado, que se haya vendido recientemente o esté a la venta.
Si un perito de seguros le dice que el valor justo de mercado de su vehículo es de "x" dólares, pregúntele de dónde ha sacado esa cifra. A continuación, pídale que le proporcione copias de la documentación que utilizó para basar su cifra. Nunca acepte una declaración de un ajustador sobre el valor justo de mercado de su vehículo que no esté respaldada con documentación.
Además de lo anterior, la ley de Oregón (ORS 742.544) obliga a toda aseguradora que declare un vehículo siniestro total y ofrezca al reclamante una indemnización en metálico a facilitarle la siguiente documentación:
- Cualquier informe de valoración o tasación en el que se haya basado el asegurador para determinar el valor.
- Una declaración escrita en un formulario facilitado por el Director del Departamento de Servicios al Consumidor y a las Empresas que incluya:
(a) Información sobre el siniestro total, la valoración del vehículo y las obligaciones del asegurador.
(b) La forma y las circunstancias en las que el asegurado puede ponerse en contacto con la División de Seguros del Departamento de Servicios al Consumidor y a las Empresas.
Así que, antes de decidirte a aceptar la oferta de valor justo de mercado de la aseguradora, asegúrate de ver la documentación. Después, compara su documentación con las cifras que hayas podido encontrar.
