La demanda relacionada con la mayor llamada a revisión de la historia de la seguridad en Estados Unidos llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia por 1.000 millones de dólares. Takata se declaró culpable de fraude electrónico por facilitar datos falsos sobre la seguridad de sus airbags.
Los airbags de Takata pueden sobrepresurizarse, lo que provoca su rotura y propulsa trozos de metal al habitáculo del coche. Takata afirmaba que sus airbags eran seguros cuando en realidad utilizaban un compuesto químico altamente inestable y combustible, el nitrato de amonio.
Millones de vehículos afectados
La retirada del airbag de Takata ha afectado a 42 millones de vehículos en todo el mundo y se ha relacionado con al menos 11 víctimas mortales y más de 180 heridos en Estados Unidos. La llamada a revisión afecta a 34 marcas de automóviles, entre ellas Ford, Toyota y Honda.
Los fiscales estadounidenses también han acusado a tres ejecutivos de Takata de producir datos de pruebas falsos para ocultar el defecto de los airbags de la empresa. Según la acusación, los ejecutivos participaron en intentos de manipular los datos de seguridad de los airbags durante 15 años y sabían que los infladores metálicos de los airbags podían explotar ya en el año 2000.
El acuerdo consta de 125 millones de dólares para indemnizar a las víctimas, una multa penal de 25 millones de dólares y 850 millones de dólares para compensar a los fabricantes de automóviles por la retirada masiva de productos.
Para comprobar si su vehículo está incluido en la llamada a revisión de seguridad, visite www.recalls.gov.
