A primera vista, la decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos en el caso Philip Morris contra Williams a principios de este año, por la que se desestimó una indemnización punitiva de 79,5 millones de dólares en un caso de tabaquismo en Oregón en el que la indemnización compensatoria era de 821.000 dólares, se consideró una victoria de las grandes empresas en la limitación de las indemnizaciones punitivas.
Sin embargo, Eric Turkewitz, abogado neoyorquino especializado en daños personales, adopta una postura contraria y argumenta persuasivamente en su blog que la disidencia del juez Stevens en el caso Philip Morris sugiere que en el futuro se permitirán elevados multiplicadores de los daños punitivos.