Aunque no está estrictamente relacionado con las lesiones personales, me he topado con una investigación fascinante que demuestra que la música puede reducir el dolor y mejorar el comportamiento de los bebés prematuros. En concreto, una revisión de nueve estudios que investigaban los efectos de la música en bebés prematuros halló pruebas preliminares de importantes beneficios terapéuticos. Aunque algunos de los estudios en los que se basó tenían deficiencias metodológicas y tendrían que confirmarse en ensayos más rigurosos, muchas unidades neonatales ya utilizan la música para mejorar los resultados conductuales o fisiológicos y para controlar el dolor durante procedimientos habituales. Entre los beneficios encontrados se incluyen bebés y padres más tranquilos, parámetros fisiológicos estables, mayor saturación de oxígeno, aumento de peso más rápido y estancias hospitalarias más cortas.
En resumen, la música es algo sobre lo que conviene preguntar en el hospital en el que una tiene previsto dar a luz.