A medida que un mayor porcentaje de la población envejece, más y más personas viven en algún tipo de entorno de vida asistida, ya sea un hogar de ancianos o un centro de atención para adultos. Si bien estos difieren mucho en el nivel de atención prestada, los residentes de esta población vulnerable son susceptibles a las lesiones y el abuso. Esto puede variar desde algo tan menor como recibir la dosis incorrecta de un medicamento, a algo mucho más grave, como una caída evitable que resulta en lesiones graves o la muerte.
Debido al rápido aumento de la población anciana, los centros suelen carecer de personal suficiente, lo que hace que muchos residentes reciban menos cuidados de los necesarios. La negligencia y la falta de tratamiento de los residentes pueden provocar lesiones graves y, en algunos casos, la muerte. La población anciana está protegida por diversas leyes estatales y federales, pero las infracciones no se denuncian ni se corrigen. Los organismos reguladores estatales y federales confían principalmente en los propios centros para denunciar cualquier negligencia o abuso de los residentes. Los propios residentes son ancianos y a menudo tienen problemas para comunicar sus preocupaciones o se olvidan de cosas que pueden haber sucedido.
El National Center on Elder Abuse ofrece diversos recursos, como dónde denunciar los malos tratos y organismos locales que pueden ayudar a las personas mayores. Se trata de un gran recurso para las personas mayores y sus familias. Además, Medicare le permite explorar todos los centros de una localidad y compararlos en función de su calificación y tamaño. Esto puede ayudarle a encontrar el mejor centro disponible dentro de su presupuesto. A medida que aumente la población de ancianos, será cada vez más difícil encontrar un lugar adecuado para vivir, pero con un poco de investigación, puede evitar que su ser querido se convierta en otra estadística.
