En un golpe para Starbucks y otros minoristas de café, un juez dictaminó que el café en el estado de California debe llevar una advertencia sobre el cáncer. En la sentencia dictada la semana pasada, un juez del Tribunal Superior de Los Ángeles consideró que los 91 minoristas demandados, entre ellos Starbucks, no habían demostrado que una sustancia química presente en el café no supusiera una amenaza significativa.
La demanda fue presentada inicialmente en 2010 por una organización sin ánimo de lucro llamada Consejo para la Educación y la Investigación sobre Tóxicos. La organización alegó que la presencia de acrilamida, que se crea durante el proceso de tostado, es cancerígena y requiere una advertencia en virtud de una ley de California. La acrilamida también se utiliza en procesos industriales, como la fabricación de papel y tintes. También se crea durante el proceso de cocción de numerosos alimentos horneados y fritos, muchos de los cuales están obligados a llevar advertencias sobre el cáncer. Debido a litigios similares, algunas empresas de patatas fritas encontraron procesos alternativos para cocinar sus productos.
El demandante interpuso la demanda al amparo de la Ley de aplicación de la legislación sobre agua potable segura y sustancias tóxicas ("Proposición 65"), que exige etiquetas de advertencia para unas 900 sustancias químicas de las que se sabe que provocan cáncer o defectos congénitos. Esta ley permite a ciudadanos particulares, grupos de defensa y abogados demandar en nombre del Estado y recaudar una parte de las sanciones civiles por no proporcionar advertencias. Se le atribuye el mérito de haber eliminado las sustancias químicas cancerígenas de numerosos productos.
The Wall Street Journal cita al presidente y director ejecutivo de la Asociación Nacional del Café, que afirma que "las etiquetas de advertencia sobre el cáncer en el café serían engañosas" y que la demanda "...no contribuye en nada a mejorar la salud pública". En un comunicado emitido tras la propuesta de sentencia, la Asociación afirmó que estudiaría la posibilidad de apelar y emprender otras acciones legales. Los demandados disponen de unas semanas para impugnar la sentencia antes de que sea definitiva, y podrían recurrir a un tribunal de apelación.
La sentencia contra los minoristas de café fue una sorpresa, ya que en los últimos años han disminuido las preocupaciones sobre los posibles peligros del café; algunos estudios incluso han encontrado beneficios para la salud por beber esta bebida. De hecho, según USA Today, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer retiró el café de su lista de "posibles carcinógenos" en 2016.
Algunas cafeterías del estado de California ya han colocado advertencias en las que se indica que la acrilamida es una sustancia química cancerígena presente en el café. Estas señales deben colocarse en el punto de venta o en un lugar fácilmente visible; sin embargo, muchas se exponen en lugares poco visibles, como debajo del mostrador.
Si esta sentencia se mantiene, los acusados podrían enfrentarse a cuantiosas sanciones económicas, y las repercusiones podrían traspasar las fronteras estatales. El juez podría fijar otra fase del juicio para estudiar posibles sanciones civiles, que podrían alcanzar un máximo de 2.500 dólares por persona expuesta cada día durante ocho años. En un estado del tamaño de California, ese tipo de sanción podría ser astronómico, aunque es poco probable.
Es probable que los consumidores de otros estados puedan ver las advertencias contra el cáncer, ya que las grandes empresas interestatales, como Starbucks y Dunkin, no buscarían probablemente una fabricación especial para los envases exclusivos de California.
