Los investigadores han informado recientemente de que la exposición de una futura madre al agua potable contaminada con el disolvente percloroetileno (PCE) aumenta el riesgo de anomalías congénitas en su descendencia. En concreto, la exposición de las embarazadas al agua contaminada en el momento de la concepción se asoció a un mayor riesgo de defectos del tubo neural y hendiduras orales.
Los resultados proceden de un estudio de niños nacidos de madres que vivían en determinadas zonas de Cape Cod, Massachusetts, entre 1969 y 1983. Durante ese periodo, las madres habían estado expuestas a la filtración de PCE en los suministros públicos de agua potable desde el revestimiento interior de vinilo de las tuberías de agua.
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