Es una idea extrema. Para reducir el creciente número de muertes por conducción distraída, desactive automáticamente los teléfonos móviles en los vehículos en movimiento.
Los investigadores que publican en el Journal of the American Medical Association proponen que los coches y camiones se diseñen de modo que cualquier dispositivo portátil quede inutilizado cuando el vehículo esté en movimiento.
"Los fabricantes de automóviles y equipos de telefonía móvil tienen la capacidad de ingeniería necesaria para aplicar estas salvaguardias, y se les debe exigir que lo hagan", afirmó el Dr. Jeffrey Coben, Director del Centro de Investigación para el Control de Lesiones de la Universidad de Virginia Occidental.
Es una conclusión sorprendente. Estudios anteriores sobre el uso del móvil por los conductores ni siquiera abogaban por prohibir legalmente esta práctica. Pero el uso del móvil ha crecido exponencialmente en los últimos 10 años, y hay muchos más datos sobre el número de accidentes de tráfico y muertes causadas por distracciones al volante. Estos factores llevaron a la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) a pedir una prohibición nacional total del uso de dispositivos móviles mientras se conduce.
Los autores del estudio sugieren que una ley por sí sola no es suficiente. Para los agentes de policía puede ser muy difícil ver lo que hacen los conductores dentro de sus coches, y hay quien ha sugerido que los accidentes son en realidad más probables cuando la gente intenta ocultar el uso del teléfono.
Entonces, ¿es remotamente práctico intentar bloquear las señales de los teléfonos móviles en los coches? Entre otras objeciones, supongo que se plantearían cuestiones relacionadas con el uso por parte de pasajeros y en casos de emergencia, el coste de la implantación, la variación entre coches nuevos y viejos y, por último, pero no por ello menos importante, la necesidad de una práctica tan drástica.
Las conclusiones de los investigadores no siempre conducen a una buena política, pero una buena política a menudo procede de una investigación sólida. Más información sobre el estudio en Los Angeles Timeso en el sitio web de JAMA.
