Con la llegada del invierno, muchas familias aumentan el uso de aparatos y equipos que pueden generar gas monóxido de carbono. Esto incluye hornos, calentadores de agua, estufas, hornos, calefactores de queroseno, chimeneas de leña y gas, estufas de leña, generadores portátiles y motores de automóviles.
El gas monóxido de carbono es mortal, aunque sea incoloro, inodoro e insípido. Aunque no sea mortal, puede causar daños permanentes en el cerebro y otras partes del sistema nervioso. Afecta a personas de todas las edades, siendo los lactantes y los niños los más susceptibles a sus efectos letales.
La Asociación Americana de Centros de Control de Intoxicaciones ofrece estas sencillas medidas para prevenir la intoxicación por monóxido de carbono:
Haga inspeccionar y ajustar su horno antes de cada temporada de calefacción.
Haga inspeccionar su chimenea, hogar, estufas de leña y conductos de humos antes de cada temporada de calefacción.
Repare las chimeneas y conductos de humos cuando sea necesario.
Ventila la habitación cada vez que utilices un calefactor de queroseno.
No utilice parrillas de carbón en interiores para cocinar o calentarse.
No utilice el horno para calentar la casa.
No deje el motor del coche en marcha en un garaje cerrado o adosado.