La mayoría de nosotros sabemos lo peligrosas que son las apoplejías. Aunque pueden ser mortales, y a menudo lo son, también pueden causar diversos grados de daño cerebral, parálisis y graves déficits cognitivos. A menudo, el tiempo que transcurre entre el ictus y el tratamiento determina la recuperación o el daño permanente del paciente.
El ictus es actualmente la cuarta causa de muerte en Estados Unidos y, sorprendentemente, afecta a unas 55.000 mujeres más que a hombres cada año, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Dado que las mujeres corren mayor riesgo de sufrir un ictus que los hombres, es fundamental que sean capaces de reconocer los síntomas de un ictus y sepan que una respuesta médica rápida es esencial. También es importante que las personas con factores de riesgo de ictus, como presión arterial alta (hipertensión), diabetes, colesterol alto y sobrepeso, se aseguren de que sus cónyuges o familiares también sepan qué hacer en caso de emergencia o sospecha de ictus.
Según la revista Stroke de la American Heart Association, las mujeres deben conocer los medicamentos o afecciones médicas que pueden afectar a su riesgo de ictus. En primer lugar, las mujeres que estén pensando en utilizar píldoras anticonceptivas deben someterse a pruebas de detección de hipertensión, ya que los anticonceptivos orales pueden aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos e ictus. Las mujeres embarazadas con antecedentes de hipertensión deben preguntar a su médico sobre su riesgo, ya que puede aumentar el riesgo de desarrollar preeclampsia o ictus durante el embarazo o el posparto. Existen tratamientos sencillos que pueden reducir el riesgo, como tomar aspirina a dosis bajas o suplementos de calcio durante el embarazo. Las mujeres mayores de 75 años deben someterse a pruebas de detección de fibrilación auricular, un ritmo cardiaco anormal. La fibrilación auricular aumenta el riesgo de ictus y puede tratarse con medicación o cirugía. Por último, como ocurre con la mayoría de los problemas de salud, dejar de fumar, hacer ejercicio con regularidad y llevar una alimentación sana son las mejores formas de reducir el riesgo en general, tanto para las mujeres como para los hombres.
Aunque la prevención y la reducción de los factores de riesgo de ictus son importantes, a veces los ictus son inevitables. Según un estudio reciente, 1 de cada 5 mujeres no puede identificar ni una sola señal de advertencia de ictus. Los síntomas clásicos de un ictus son cara caída, dificultad para hablar o debilidad o entumecimiento en uno de los brazos. Pero otros síntomas menos conocidos y más ambiguos pueden ser la aparición repentina de mareos, fuertes dolores de cabeza o pérdida de visión. Las nuevas directrices sugieren utilizar la nemotecnia FAST para recordar los síntomas: Caída de la cara, Debilidad en los brazos, Problemas para hablar y Hora de llamar al 911 inmediatamente. Según el Dr. Larry Goldstein, neurólogo y director del Duke Comprehensive Stroke Center, lo más importante que hay que recordar y vigilar es "un cambio neurológico brusco, cualquier cambio brusco. Eso podría ser un ictus y hay que tomárselo en serio".
Entonces, si alguien presenta síntomas de ictus, ¿qué debe hacer? Debe llamar inmediatamente al 9-1-1. Intente también precisar la hora de inicio de los síntomas y transmita esta información crítica a los profesionales médicos. Todos los detalles que pueda dar son muy valiosos para el tratamiento inmediato de un ictus.
