En un estudio canadiense, los investigadores descubrieron que una sola conmoción cerebral puede provocar pérdida de memoria, lentitud de reflejos y problemas de atención 30 años después. "Este estudio demuestra que los efectos de las conmociones cerebrales deportivas en la edad adulta temprana persisten más allá de los 30 años posteriores a la conmoción y que pueden causar alteraciones cognitivas y de la función motora a medida que los deportistas envejecen", afirmó en un comunicado Louis De Beaumont, de la Universidad de Montreal, que dirigió el estudio.
En el estudio participaron diecinueve ex deportistas de nivel universitario, la mayoría de los cuales jugaban al hockey, que habían sufrido una conmoción cerebral 30 años o más antes, mientras que los 21 restantes que participaron en el estudio no la habían sufrido. Estos ex deportistas respondieron a preguntas sobre su estado general de salud y realizaron múltiples pruebas de memoria y atención. Los que habían sufrido conmociones cerebrales obtuvieron peores resultados en las pruebas, lo que llevó a De Beaumont a sugerir que "los deportistas deberían estar mejor informados sobre los efectos acumulativos y persistentes de las conmociones cerebrales deportivas en los procesos mentales y físicos, de modo que conozcan los riesgos asociados a la vuelta a su deporte".
Aunque en el estudio sólo se sometió a prueba a deportistas, también pueden sufrir conmociones cerebrales las personas que sufren accidentes de automóvil o se ven implicadas en un resbalón y una caída, entre otras posibles situaciones de lesiones personales. Con los resultados de esta prueba, ahora sabemos que una conmoción cerebral puede repercutir en el resto de la vida de quien la sufre.