A principios de este mes se presentó una demanda alegando que Toyota redujo la eficiencia de combustible de los Prius tras una llamada a revisión de seguridad. La demanda sostiene que Toyota infringió las leyes de protección del consumidor al promocionar de forma inexacta la eficiencia de combustible del Prius. La demanda pretende ser una acción colectiva.
Aproximadamente 800.000 Prius fueron llamados a revisión en 2014 para solucionar un problema de sobrecalentamiento del inversor del coche, que forma parte del sistema eléctrico híbrido. Cuando el inversor se sobrecalienta, el coche sufre una pérdida de potencia y entra en lo que el fabricante denominó "modo imp home". Para remediar este problema, Toyota emitió una llamada a revisión de seguridad para actualizar el software del inversor.
Sin embargo, algunos conductores notaron después de llevar su coche para esta reparación, que la economía de combustible se redujo, a veces por cinco millas por galón mientras se conduce en la ciudad de acuerdo con Los Angeles Times. En la demanda federal se afirma que Toyota "ocultó a los consumidores que la actualización del software disminuía la eficiencia del combustible, anulando el propósito mismo de poseer estos vehículos híbridos". Toyota emitió un comunicado en respuesta a la demanda defendiendo la retirada del inversor.
Antes de esta demanda, la Agencia de Protección Ambiental había calificado el modelo Prius 2014 con 49 millas por galón en conducción urbana. En enero de 2014, Toyota notificó el cambio de software a la Junta de Recursos del Aire de California, pero afirmó que no suponía una diferencia significativa en el ahorro de combustible ni en las emisiones.
Documentos de Toyota revelan que la empresa alteró el software que controla el inversor, así como el software del control de la cadena cinemática del coche. Algunos expertos que han revisado estos documentos sospechan que la modificación de Toyota redujo la cantidad de energía que suministraba la batería y aumentó la dependencia del motor de gasolina. Esto probablemente provocaría una disminución de la eficiencia del combustible y un aumento de las emisiones.
Esta no es la única demanda a la que se enfrenta Toyota por este asunto. Un concesionario de California demandó a Toyota por el problema del inversor, alegando que el Prius tiene un defecto de seguridad sin resolver que podría dejar al coche sin energía. El juicio está previsto para enero de 2019.
