Un jurado de Arkansas ha concedido a una demandante de dos años y a sus padres 46,5 millones de dólares en un caso contra el hospital y el médico que la atendieron en el parto.
Cuando nació el bebé, en junio de 2014, tenía altos niveles de bilirrubina, un compuesto amarillo, y corría riesgo de ictericia extrema. Los acusados interpretaron erróneamente sus resultados como normales.
El médico y el hospital pasaron por alto otras señales de alarma de ictericia extrema, como el hecho de que el bebé y su madre tuvieran grupos sanguíneos diferentes. Las enfermeras detectaron repetidamente signos de ictericia mientras la niña estaba ingresada. La madre también había tenido anteriormente un hijo con una enfermedad similar.
Sin embargo, el bebé fue dado de alta 48 horas después de nacer. Se le dio el alta sin volver a analizar sus niveles de bilirrubina y no se advirtió a sus padres de que estuvieran atentos a signos de ictericia extrema.
La ictericia leve suele resolverse por sí sola en pocas semanas. Sin embargo, la ictericia extrema requiere un tratamiento de fototerapia o una transfusión intravenosa de una proteína sanguínea para reducir los niveles de anticuerpos.
Pocos días después de traer a su hija a casa, los Small se dieron cuenta de que su salud se estaba deteriorando. El nivel de bilirrubina de la niña había alcanzado un nivel tan alto que entró en su cerebro, causando daños cerebrales irreversibles. La niña desarrolló kernicterus, una forma rara de daño cerebral causado por el alto nivel de bilirrubina. Los síntomas del kernicterus son letargo, falta de tono muscular, fiebre y llanto agudo, entre otros.
Con casi tres años, la niña no es capaz de hablar, andar o alimentarse por sí misma. Se espera que nunca sea capaz de cuidar de sí misma. Tiene una función cognitiva normal para su edad.
Según el Arkansas Times, los demandados alegaron que, aunque el análisis de sangre para detectar la ictericia es la norma nacional de atención sanitaria, los médicos y hospitales del sur de Arkansas no están "sujetos al cumplimiento de las normas nacionales de atención sanitaria para esta afección".
Los demandantes argumentaron que el médico y el hospital debían cumplir las mismas normas de seguridad del paciente que el resto del país.