En 2013, April Strange, una mujer de 33 años del centro de Illinois, se sometió a una operación electiva para extirparle un tumor no canceroso del hígado. Durante la operación, el médico utilizó una grapadora quirúrgica para cortar un vaso sanguíneo, pero no lo selló. Como consecuencia, la Sra. Strange sufrió una parada cardiaca por la pérdida de sangre y murió ese mismo día, según el The State Journal-Register.
El marido de la Sra. Strange presentó una demanda por homicidio culposo contra el cirujano, el hospital donde se realizó la operación, así como contra el empleador del cirujano y la empresa que fabricó la grapadora. En la demanda se alegaba que el cirujano no manejó correctamente la grapadora y se le culpaba de no controlar la hemorragia. También se alegaba que el cirujano no pidió ayuda con suficiente rapidez cuando comenzó la hemorragia.
Durante las declaraciones, el cirujano alegó que la grapadora, fabricada por Covidien, funcionaba mal. Por ello, Covidien aceptó pagar 250.000 dólares.
En total, la herencia de April Strange recibió 5,5 millones de dólares a principios de esta semana. La indemnización se destina al marido y a las dos hijas de la Sra. Strange. El caso se resolvió antes de ir a juicio.