Ahora que Acción de Gracias es un agradable recuerdo, la pregunta es: ¿qué hacer con todas las sobras?
Katherine Zeratsky, nutricionista de la Clínica Mayo, aconseja consumir el pavo refrigerado en un plazo de cuatro días. Congela las sobras que quieras conservar más tiempo.
También añade que, en general, los alimentos perecederos como la carne, las aves, el pescado, los productos lácteos y los huevos deben refrigerarse rápidamente y no dejarse a la intemperie durante más de dos horas a la temperatura ambiente habitual.
La Sra. Zeratsky recomienda además que, antes de comer las sobras, se recalienten en el horno o en el microondas hasta que la temperatura interna alcance 165 F (74 C).
Los postres varían en cuanto al tiempo que pueden conservarse. Connie Diekman, nutricionista de la Universidad de Washington en San Luis, aconsejó a MedPage Today lo siguiente: "Las sobras de tarta dependen del tipo. Las tartas de crema, como la de calabaza, duran de dos a tres días, pero las de fruta aguantan de tres a cinco días".
Suzanne Driessen, educadora en seguridad alimentaria de la Universidad de Minnesota en St. Cloud, afirma que un factor importante para almacenar las sobras de forma segura es la temperatura del frigorífico. La zona de peligro para la proliferación de bacterias se sitúa entre los 40º F y los 140º F, por lo que dejar los alimentos a esas temperaturas durante más de dos horas es peligroso. Uno de cada cuatro frigoríficos domésticos no está suficientemente frío. Para minimizar el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos, ajuste el control de temperatura entre 36º y 38º para asegurarse de que el contenido se mantiene por debajo de los 40º.
En última instancia, según los expertos, la mejor política es "en caso de duda, tíralo".