Hace poco informábamos de un estudio reciente que mostraba que la falta de comunicación entre los médicos de urgencias y los de atención primaria puede estar comprometiendo la eficacia de la asistencia. Ahora, una nueva encuesta realizada a 6.500 enfermeras muestra que los profesionales de la salud no hablan con sus colegas cuando detectan señales de advertencia de posibles problemas. Según el estudio, más del 85% de los encuestados afirmaron que las herramientas de seguridad -como los protocolos de transferencia y las listas de comprobación quirúrgica- les ayudaron a identificar un problema que, de otro modo, podría haber pasado desapercibido. Sin embargo, el 58% admitió que, aunque reconocieron la advertencia, no hablaron y abordaron el problema con otros trabajadores. Los enfermeros también declararon haber sido testigos de atajos en los procedimientos, incompetencia de compañeros y falta de respeto entre los trabajadores, pero rara vez lo comentaron entre compañeros. Esta inquietante investigación demuestra que, aunque los hospitales están mejorando en la provisión de las herramientas necesarias para identificar los problemas, la falta de comunicación entre los cuidadores y una cultura general de silencio en los hospitales están socavando en gran medida la seguridad de los pacientes.
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